viernes, enero 1

2010


Es difícil imaginarse que uno esta en el 2010, yo todavía recuerdo cuando era 1997 y escribía ese número en mi cuaderno Loro forrado de verde en el colegio. Escribir 2010 será incluso más increible que pasar de escribir de 1999 a 2000. Cada comienzo de año es un recuento de las inimaginables cosas que el año pasado nos dejó. Este año cumplo 21, dejando mi lado suicida que me dice que no quiero vivir más de los 27, espero que este año por fin pueda olvidarme de mi sueño de construir un mundo mejor, estética mente hablando, y ponerme a construir sonrisas mejores. Vamos, algo debo hacer por la vida.

Este año no tengo resoluciones, sólo deseos inalcansables, pero de eso (y de millones de piedritas en el camino) esta hecha la vida.