miércoles, noviembre 2

La Dra. Pastor

Un día yo estaba esperando que comience el laboratorio de ortodoncia, cuando Ximena Cebrecos me dijo que la doctora Pastor le había dicho que ella me consideraba como su hijo, que recordaba cómo siempre me tuvo todo el año pasado frente a mi.


Yo me sorprendí, pero admití que la doctora siempre había tenido una consideración especial hacia mí. Era raro, yo pensaba que en realidad lo que le gustaba era torturarme, pero siempre terminaba dándome consejos o preguntarme si realmente es lo que yo quería hacer. Al comienzo le tuve miedo, pero luego le agarré cariño.


Lo que si me mató fue cuando ella me dijo que si era cierto que yo había rechazado una oportunidad que me habían dado cuando había jalado el curso. Yo le dije que sí, que era cierto. Ella me miró extrañada, y me preguntó por qué hice algo así. Yo simplemente le dije, lo que le dije a la dra. Bani ese día: "Yo sé que necesito jalar". Ella se sorprendió, pero me sorprendió mucho más que la Dra. Pastor conociera esa parte de la historia.


Luego ya en clase fui a consultarle algo a la doctora, y ella me abrazó con un brazo, cómo patas, y me comenzó a explicar...

Y yo me sentí como su hijo:)