jueves, marzo 12

La Teta da pena (de tristeza)


Hoy vi La Teta Asustada, la galardonada película de Claudia Llosa, la ganadora del Oso de Oro de Berlín, la película con el nombre más raro que me haya tomado la molestia de ir al cine a ver y no fue en vano.

La primera escena es triste (de tristeza), los cantos en quechua entran por mis oídos y recorren mi cuerpo, como corriente eléctrica paralizandome. Yo amo el quechua, es una lengua tan bonita, que hubo un tiempo en la que me dio ganas de estudiarla (claro que el hecho que el Centro de Idiomas de la PUCP esté en el lejano centro de Lima me hizo cambiar de opinión a un cómodo francés en L'Alliance Française de Miraflores), pero nos quedamos en que una extraña sensación se apodera de mi. La pantalla esta negra, y todos ponemos nuestros sentidos a la canción, sólo atinamos a leer una historia triste (de tristeza) cantada en quechua. Eso sí, ver La Teta Asustada en una sala de Miraflores da pie a la chacota. Risas en situaciones que son de los más comunes (bueno al menos no comunes aquí en Miraflores, pero comunes en el Perú). La Teta sirve como crítica a la sociedad. Osea, pucha tu todo un míster/lady miraflorino/a te ríes pero para otro/a eso es lo más común. Manyas? La Teta te asusta por su crueldad, por los ojos curiosos de Magaly Solier y por su historia.

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