miércoles, agosto 25

La Cage Aux Folles


Desde hace maso-menos un mes fui a ver LA JAULA DE LAS LOCAS de Juan Carlos Fisher, tengo que admitir que entré a la JAULA todo escéptico y sobre todo miedoso, pero deseoso (muy deseoso) de ver a la diosa que es Gianella Neyra antes de que agarrara su equipaje y se regrese a la Argentina en un avión.
Era -aparentemente- mi única oportunidad, ya me había perdido a Gianella en LA MUJER DEL IDIOTA, y si no iba esa semana me la perdía otra vez: a la siguiente semana era yo quien que se iba de viaje (ironías de la vida) a la Argentina, y además, los de LA JAULA ya amenzaban con que esa sería su última semana. Y para no ser mezquino, tampoco puedo decir que no tenía curiosidad por ver la nueva comedia dirigida por Juan Carlos Fischer.
Al salir me quedé enamorado de Gianella, obvio. Pero cuando salí me di cuenta que la obra me gusto por algo más que ver a Gianella (que no sólo es hermosa, si no que hasta canta bien). Esa noche tampoco sólo salí del Peruano-Japonés con el mensaje del que habla Georges. Salí pegado con la música, y es que solo al ver La Jaula me di cuenta de algo obvio: me encantan los musicales.
La Cage Aux Folles era una revelación, una comedia musical en dos actos producida por Plaza ISIL y Raquel en Llamas, estelarizada por Diego Bertie y Carlos Carlin, que sorprenden por su canto mas que por su actuación, aparte de un elenco de primera, Gianella, Katia Condos, Rómulo Assereto, Gisela Ponce de Leon, etcs.
En LA JAULA me quedé tan emocionado, que no le vi nada malo. Las canciones eran geniales, las actuaciones buenísimas, te destornillas de la risa, Gianella Neyra es Gianella Neyra, etc.
Que mas puedo decir? Que fui tres veces? Que me encanta tarear "Con Anne me quiero casar"? Que hubiera ido otra vez? Que quisiera un cd con sus canciones? Que me muero por Gianella Neyra?
Regresé luego, pero Gianella ya no estaba, habían puesto a Magdyel Ugáz en su papel. Se me hacía rarazo verla ahí en el papel de mi Gianella. A la tercera, sí, fui tres veces, fui dispuesto a disfrutar de la música, fui arriba -nunca había ido al Peruano-Japonés en Mezzanine- y se veía tan alto que daba miedo. Pero disfruté horrores con las canciones, tarareé, moví mi pie, moví mis manos y aplaudí a todo. De verdad me gustan los musicales.

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