lunes, abril 12

Oye, no puede ser tan malo

Por un segundo vía a R, le daba un beso rápido y la abrazaba.

"¿Te imaginas el día que conozcas a mi familia?"

Yo reía y la apretaba más. Me imaginaba a ella muriéndose de calor en una casa en Sullana. Con mi tío P diciendo que los Navarro tienen el código genético para vivir por lo menos cien años. Mi tía M preparará algo delicioso para el almuerzo como siempre seguida por su séquito de hijas y nietas. Mi tío W, si estuviera, se sentaría en la mesa a conversar, muy tranquilamente. Mi abuela sentada, con su cartera y su ropa para salir diciendo zamarros, y haciendo muecas a sus bisnietos (de parte de mi tía M, claro). Mi abuelito callado en el sofá. Y mi mamá muy orgullosa junto a él.

O me la imagino perdida en Trujillo, en una de esas misas de honras para mi abuelito o abuelita, con todos presentes, algo formales. Una mesa grande donde están todos mis tíos comiendo humitas, arroz y cuy. Los primos comemos donde haya espacio. Me imagino a mi prima S, quien me quiere mucho, preguntarte montones y montones de cosas, junto con K, C, V, G, J, L, etcs, etcs. Muy celosas mis primas ellas luego rajarán de tí, pero estoy seguro que te querrán. Mi papá estará muy orgulloso, ahí comiendo, junto a sus hermanos. Vendrá a hacer chacota con los primos, y molestar a G y a J.

"Ese día te preguntarás que donde salí yo"

"Oye, no puede ser tan malo"

Y me besa.

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