jueves, mayo 28

Moriré a los 23


Ya bueno, el título es sensacionalista, pero tal vez sea cierto. No tendré cuarenta, pero a mi corta vida el tiempo pasa factura. No miento, si el anterior año fue el año de las enfermedades, insomnio y problemas psicológicos, este será recordado por los dolores de espalda y de cabeza. Y lo de insomnio se hace ya típico, quedarse dormido al llegar de la universidad también. Lo que sí tengo que aceptar, es que este año solo he tenido un resfrío (cuando llege de Chiclayo a Lima), por lo que en ese punto estamos bien pero en lo de dolores de cabeza no, y eso que antes pensaba que cada vez que me dolía la cabeza pasaría algo malo, ahora que son comunes y silvestres ya no pienso nada. Solo digo, diablos, moriré joven.

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