martes, agosto 5

Bar Queirolo


Hoy caminé un montón, salí y fui a La Cachina... di varias vueltas aburrido, buscando blazzers. Busco y busco, me pruebo varios, pero es lo usual, muy grandes para mí. Menos uno, el perfecto, El Blazzer. Aunque no quiero gastar dinero, diablos, como ya lo he dicho varias veces soy un shopaholic. Sigo en mi webing day y voy al centro de Lima. Camino por pequeñas pero bonitas calles hasta el Conservatorio Nacional de Música, donde están en medio de un concierto de marimba y me quedo impresionado por lo lindo que suena. Pregunto sobre clases de violín a una señora gorda y emocionada, y termino escuchando un rato el concert du marimba. Luego le pregunto a mi madre (por teléfono) que restaurante me recomienda para comer algo pequeño, ella me recomienda el Bar Queirolo.

Antes paso por un puesto donde venden revistas antiguas preguntar mi usual ¿tendrán la Etiqueta Negra Cero? y a escuchar el típico, "no muchacho, esa es muy escaza", otros me mienten diciendome que la tuvieron "esta semana, pero se la llevaron". Esperando lo peor, el joven se pone a rebuscar entre sus cosas hasta que la encuentra. Una chica cabeza a bajo, el Etiqueta Negra Cero. "Una rareza" concluye él. Pago y voy, ahora sí al Bar Queirolo, donde soy olimpicamente saltado por por los mozos. Ojo, no asaltado, ni Lomo Saltado, si no saltado, como que omitido, o no tomado en cuenta. Pregunte dos veces si tenían un sánguche de pavo ó un suspiro a la limeña pero me dijeron que no, y los muy idiotas de los mozos se iban a otras mesas, yo trataba de obtener la carta, pero nada. Yo asado me salí presuroso a la calle Camaná. Ahora entiendo por que Ollanta llegó tarde al debate. Caminé más.

Walking, walking hasta Polvos azules donde termine sucumbiendo a mi shopahólico instinto de comprar algo y terminé comprando el DVD de Sweeney Todd Colectors Edition. Luego muerto de hambre por no comer nada antes por la culpa de unos estúpidos mozos fui directo a mi casa.

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