jueves, agosto 28

Martes, 3:30


No need to cry about it / I cannot live without it / Every time I wind up back at your door
Una vez por semana tengo que ir, todavía no sé por qué, nunca lo sé. Sólo lo hago. Voy a su consultorio, tengo una charla con él y bajo a pagar cien soles con la secretaria. Sólo hablo con él, digamos media hora, y pago cien soles. Siento que no vale la pena, pero no lo digo, no se lo digo a él. No se lo digo a nadie en realidad. Ese día, como todas las veces que voy, espero al psicólogo salir escuchando música con mi ipod touch en mano.
Why do you do this to me? / You penetrate right through me / Every time I wind up back at your door
Mis labios terminan de decir door en silencio cuando sale mi psicólogo. Lo apago rapidamente al verlo parado en la puerta. Paso.
Siempre voy sin lentes, nunca he visto su cara, me da miedo. Prefiero estar protegido por el hecho de no saber exactamente quien es. Sólo veo borrosamente a un hombre alto con barbas, a quien siempre saludo cortésmente antes de sentarme en el sillón opuesto de la habitación. El silencio llena el espacio de su consultorio un momento mientras me examina y me pregunta lo mismo que me pregunta siempre. Qué tal tu semana. Bien, digo, y comienzo a explicarle lo de siempre. Voy con mis tareas, a veces se me hace un poco complicado dormir, continuo hasta que me quedo sin ninguna idea que mencionar, entonces comienzo a mover las manos. Intercalo mirar un punto indefinido, el cuadro que tiene encima de la cabeza y mis manos. Pienso en lo ridículo en lo que me debo ver, en que estoy con mi columna curvada, etc. El me pregunta. Yo respondo. Esta última vez hizo una reveladora opinión sobre mi vida. Yo me quedé frio. Sólo atiné a decir que sentía lo mismo. Pero que era difícil de realizar. Uno no cambia de un plomazo su vida. Siguió hablando, mientras yo pensaba en decir algo como pero no puede ser, osea, es difícil, digame que estoy en el camino correcto. Pero él solo hablaba de que personas como yo, teníamos el derecho de equivocarnos. Que era joven. Yo pensaba en el camino que había tomado, las decepciones que crearía. Pense en esa carrera de escritor frustrado que me tentaba de vez en cuando. Y seguía callado. No sabía que decir. Hable un par de veces, diciendole las dificultades que tenía, pero que pensaba igual que él. Mi psicologo me pidió que lo pensara. Lo siguo pensando, pero no me termino por decidir. Prendo mi ipod mientras camino de regreso a casa...
Now every evening is a bitter fight / And I’m eating home alone on a Friday night / I know what your friends say / “You’re just wasting your love and time” / I will never let you change your mind
Cada vez que salgo, mientras camino, me siento un poco más Donnie Darko.

2 comentarios:

Alex Maladroit dijo...

Esa película acaba obsesionando, te lo digo yo.

Rosi dijo...

me siento igual cuando voy a la psiquiatra, a diferencia de que no llevo lentes porque veo bien. En especial me identifica cuando dices que miras el cuadro que tiene colgado en la pared y pocas veces me atrevo a mirarla a los ojos, porque me intimida. Y también siento que no vale la pena porque nunca me dice algo que no sepa ya.