martes, abril 1

Por el estómago se conquista a un peruano (Cocina peruana, parte I: Comida marina)


La gastronomía peruana es algo, bueno no es algo, es "El algo"... o al menos eso decimos, pensamos y comemos los peruanos (es que pensamos con la barriga). Y es que sólo nosotros, que somos herederos de un crisol increíble de culturas (es decir una chanfaina de culturas), podemos jactarnos de tener una cocina tan rara, diferente, pero a la vez tan deliciosa (perdonden la modestia).

La cosa es que si comienzo a hablar de las comidas peruanas me va a dar, inevitablemente, hambre... y bueno... morirse por querer comer un Tacu Tacu a lo pobre sabiendo que no lo puedes comer en un futuro próximo es un crimen. Por lo que entre que quiero y no, voy a seguir este post xD.

Comenzemos con el rey de los platos peruanos, y aunque vengan a decirme los demás latinoaméricanos que no es algo propio, el cebiche es el plato más peruano que puede haber existido jamás. Con su limón, pescado, sal y (aunque a mi no me gusta) ají, el limón conqusita el paladar de todo turista que venga a comer a mi terruño. Y esto me lleva a algo que es considerado como un crimen por muchos: comer cebiche sin ají.

Y es que decir "pero sin ají, por favor" es lo más raro que puedes hacer cuando vas a una picantería (restaurante de comida marina, adivinen de donde sale el nombre), pedir un cebiche sin ají es como comer un bróccoli sin aliño o mayonesa: lo puedes comer pero no tiene sabor (o eso es lo que creen), pero a mi no me importa y siempre pido mis cebiches de conchas negras de Tumbes (es un pecado no probar uno de esos negros platos) y el de toyo sin ají nomás.

Otro de mis platos favoritos es el chicharrón mixto, el cóctel de camarones, y los sudados. Siempre acompañados por su fiel guarnición de arroz, choclo, yuca y camote. Y una oración aparte merecen las tortitas de choclo, que convinadas con el jugo del cebiche de conchas negras son una bendición.

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