domingo, febrero 21

Jaime lo dice


Jaime lo dice todos los domingos: "quiero ser el próximo presidente del Perú". Lo dice, y su público aplaude más que una portátil pagada de Toledo.
Pero sus comentarios ya suenan más a chiste que a verdad. Jaime humilla a las fuerzas armadas y promete cerrar todo y crear una Gran Guardia del Perú. Jaime promete levantarse temprano. Jaime promete educación a los miles de niños del Perú. Jaime quiere que todos los niños pobres no tengan nada que envidiar a la educación de sus hijas. Jaime baila con Tongo su último hit "Jaime pa presidente". Jaime dice que legalizará el aborto. Jaime apoya las bodas gays. Jaime quiere quitarle el apoyo económico a la iglesia.
Pero, ¿Jaime realmente podrá ser un presidente para todos los peruanos?
En un país machista como el Perú, dudo Jaime pueda ser presidente. Esta bien, la gente lo quiere, pero no creo que la gente quiera sus propuestas. Es un avezado meter al aborto, bodas gay, legalización consumo de cocaína, etc en la campaña. Estoy seguro que Jaime traerá grandes temas a la campaña. Pero dudo que un pueblo tan tradicional como el Perú se atreva a votar por él. Los militares se las tienen jurada. El pueblo -salvo el grupo socioeconómico A- no confía en él, y lo ve como un cabro bufón. Tal vez tenga más suerte poniéndose un trece en el trasero.

miércoles, febrero 17

Apreciados Señores de Nubeluz


Como todo latinoamérica, yo siempre he sentido un gran apego a Nubeluz. La verdad es que no recuerdo nada, pero nada, de Nubeluz. Pero juro haberlo visto, y cada vez que veo, escucho o leo algo sobre Nubeluz mi corazón da un respíngo y me siento un pequeñín en esos sábados por la mañana, en mi tele pequeña, la pantalla celeste con un arco iris multicolor. Y bueno encontré esto, y me parece tan decente que quiero reproducirlo.


Apreciados Señores de Nubeluz,


La televisión infantil se partió en dos con Xuxa, aquella rubia exuberante con aire de Cicciolina que aprovechaba el horario familiar para mostrar lo que las madres no nos dejaban ver en las telenovelas brasileras: labios carnosos, caderas tintineantes, primeros planos de voluptuosidades bronceadas y canciones sin sentido que invitaban a no sabemos qué clase de obscenidades. Pero en pleno gobierno de Alberto Fujimori, en 1991, ustedes presentaron Nubeluz con la argentina Almendra –¡qué nombre y qué buen acento gauchoinca!– y a Mónica –la mejor morena del Perú–, como “dalinas” –las divas al frente delshow–, enseñándome, a mi corta edad, la diferencia entre pornografía y erotismo: sus sugestivas minifaldas, altísimas botas y ajustadas trusas comenzaban a inquietarme, sin producir aún las escandalosas reacciones que la carioca generaba en los padres de familia.


Sobre todo en los padres.


Por fin, a mis diez años, encontré algo mejor que salir a montar bicicleta o jugar fútbol en las soleadas mañanas durante los fines de semana. De repente, Nubeluz se convirtió en el mejor plan: el universo de Glufo –el dueño de la nube– irradiaba color a un gigantesco escenario de decorados psicotrópicos y pisos de arcoiris, donde mis dalinas ejecutaban complejas coreografías, al ritmo de canciones como “La leche” –sobre la leche de vaca, aclaro–, que eran coreadas con la actitud de porristas inocentes que años más tarde Brtiney Spears se encargó de vulgarizar.

Con un cándido español, ustedes les enseñaron a las presentadoras –y ellas a nosotros– palabras como “glúfico”, derivada de “Glufo”, para definir todo lo que tenía que ver con el programa; “nubecinos”, para referirse a los afortunados críos que asistían y podían ver a Mónica y a Almendra en persona; “nubetores”, es decir, pervertidos como yo, que sólo las veían por televisión; “dicolines”, niños del elenco; “mónicos”, los segmentos de dibujos animados que incluían a Duckula y aLos caballeros del zodiaco; “lúndrico”, un maravilloso adjetivo para definir “maravilloso”; “flópico”, algo resbaladizo; y “kositos”, objetos y personajes de la escenografía. Esta típica jerga de viaje de LCD, que además seguro sirvió de inspiración a Los Teletubbies, aderezaba el planeta imaginario y hacía que la fiesta fuera mucho más placentera: una especie de naive peep show para prepúberes.


En 1993 tuve la suerte de que mi cumpleaños fuera un sábado para que las dalinas me felicitaran a través de la señal de cable, acompañadas por los aplausos de una horda de cholitos colegiales. ¡Gracias: pocas veces fui tan feliz! Así mismo, quisiera destacar la excelente producción del programa –que para fines publicitarios enfatizaban en llamar “fiesta”, no “programa”–, especialmente, aquellos juegos espectaculares con temáticas como la tierra y el agua, las piscinas climatizadas y los colchones enormes que soportaban las caídas de nubecinos desde vertiginosas alturas, después del anuncio –que se convertiría en canto tribal– “¡Grántico, pálmani, zum!”: un grito mucho más lúndrico que el soso “¡En sus marcas, listos, fuera!”.


Ustedes avivaron la fiebre por los deportes extremos y por los escotes.


Junto a Mónica y Almendra, surgieron otras “dalinas” –palabra que, al parecer, hace referencia a “dama linda”– como Lily, y un ejército de bailarinas o “cíndelas” y bailarines o “golmodis”. Además, en otros países montaron versiones piratas de las presentadoras: las “nubelinas”. Quiero reclamar en este punto: ninguna le daba la talla a las originales, mucho menos la detestable rubiecita Xiomy, de Colombia, que ascendió a dalina sin otro mérito que el de tener la sonrisa más fingida de Latinoamérica. En conjunto, ella carecía totalmente de talento para bailar o cantar, ocultando su discapacidad tras una voz infantil impostada.


Parecía un personaje de Rugrats.


El suicidio de Mónica a los 21 años –exactamente tres semanas antes que Kurt Cobain y también con un disparo en la cabeza–, marcó el principio del final de la fiesta de Nubeluz y me enseñó que no hay nube ni luz ni cánticos ni gránticos ni minifaldas suficientes para inyectarle optimismo a la vida de una superestrella deprimida. Su prístina sonrisa –así fuera simulada y por dentro ella estuviera desolada– vivirá en mi memoria y en la de todos los latinoamericanos que crecimos en la década del noventa, como símbolo de esa época.


De todas formas, para 1994, a mis 13, yo ya no estaba en edad de corear “vamos a hacer deporte, vamos a vernos bien” ni “papi, deja de fumar”; como si fuera poco, mi madre empezaba a preocuparse por mi vouyerismo y aislamiento. En secreto y mientras mis congéneres lloraban la muerte del gritón de Seattle, yo seguía soñando con la negra y brillante cabellera de Mónica y con que Almendra me entregara el Cono de Nubeluz después de ser el nubecino más diestro en las pruebas.


Tristemente, después de la tragedia el programa fue sólo eso: un programa –ya no una fiesta–que recurría a artificios tan ruines como poner a una Miss Perú en el lugar de la dalina suicida. Ni siquiera incluyendo a futuras protagonistas de telenovelas venezolanas, como las divas de cirujanos plásticos Scarlet Ortiz y Gaby Espino, Nubeluz logró prosperar y, en cambio, se convirtió en un montaje cada vez más aburrido y con peorrating.


¿Dónde quedó la Nube donde reposaba nuestra infancia?


Con esto aprendí que, aún en la televisión, nada dura para siempre.


A pesar de todo esto, sigo agradecido con ustedes, pues de su mano, Perú celebró la más emocionante fiesta para todos los niños del continente: hasta ahora no se ha visto un show tan exitoso como el que realizaron. Por eso, quizás, en mi cabeza aún suena, en las voces de Lily, Mónica y Almendra, la canción que cerraba el programa: “Que siga la fiesta”.


De: levelmagazine.com/web1/ediciones/marzo-09/157-level-ja-nubeluz.html

domingo, febrero 14

if only she knew...


Hay una chica que -como he dicho por como cien veces y pensado mas mil veces más- cada vez que pienso en ella, cada vez que me mira, cada vez me dice algo doy una vuelta por el cielo gris limeño, y caigo en picada luego de acordarme quien realmente es. Ella no esta cerca ahora, y siento un vacío ahí donde usualmente no siento nada. Y, es raro. Lo es, por que cuando la tengo cerca, la verdad no trato de hacer nada. Cuando le hablo... no hago nada, trato de ser -accidentadamente- yo. Pero cuando no está, me falta algo. Tengo aire, tengo sol, pero también tengo soledad.

Con todo eso de background, salir a pasear el 14 de febrero por Miraflores sin ella es un suicidio.

viernes, febrero 5

Bonus Track: Mamá Sara se murió por que quiso en 30 días

Mamá Sara se murió por que quiso en 30 días, me lo cuenta un tío Percy algo pasado de vasos de cerveza. Estamos en una restaurante picantería a las afueras de Sullana con un poco frío por el aire acondicionado. Mi tío Percy me empieza a interrogar sobre mi vida. Yo lo veo con esa mirada de profundidad que te resulta de lo borroso que es tratar de ver sin lentes y le respondo tranquilamente. Mi tío se ríe con todos, me llama camarada, y decide contarme la historia de Sara Salazar Moreno. Mama Sara es mi bisabuela, y mi tío dice que ella era lo máximo. Mi mamá coincide y agrega que cuando era pequeña salía con la Mama Sara, mi tío Walter y mi tío Percy a la vereda se sentaban y mi mamá le chupaba la oreja a la Mama Sara. Mi tío Percy me dice que ella se murió por que quiso. Ella le dijo, Percito, me voy a morir y a los treinta días se murió.

jueves, febrero 4

La teta se va a Hollywood


Anne hathaway lee los nominados a mejor película extrangera, entre ellos lee tranquilamente "the milk of sorrow" y, en ese momento, montones de peruanos se sentían felices. ¿qué tiene que ver esa película de nombre extraño con el perú?. pues todo, "la teta asustada" (nombre irreconocible en español para el ingles "the milk of sorrow") es un coproducción peruano-española dirigida por una peruana y protagonizada por otra peruana. pero lo mas importante es que la teta ha sido seleccionada para competir -con otras cinco películas- a mejor película extranjera por la academia de ciencias y artes cinematográficas, me refiero a la academia, esa queda esas codiciadas estatuillas doradas. los oscares.


Repito, todo el perú celebra, tenemos la primera película peruana nominada a los oscares, somos la súper potencia fílmica en latinoamérica deben pensar todos. pero te apuesto que cuando fueron a verla al cine, se quedaron con los ojos como platos preguntándose que michi le encontraron los alemanes para darle el oso de oro del festival de berlín. personalmente yo me quede medio wtf, pero sali encantado con la peli, con la música en quechua, y con mi idea de tristeza y de querer aprender quechua.


Meses despues la teta sigue siendo tan famosa como antes, la actriz magaly solier es tan caseria de la página web de el comercio como jaime bayly y sus enredos dominicales. clauida llosa llora de felicidad, magaly solier llora por que los periodistas la tratan mal, renzo shuller va a vender chullos con jimena lindo, y el peru se rie de todo el circo de esta teta permiada. y como dirian las feministas, tenia que ser una teta la que saco adelante al perú.